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Diario de viaje: La crête des Moulins. Bretaña (parte 1) - Francia

 El pasado 18 de julio cogí un avión con destino Nantes para pasar una semana de intercambio con una familia francesa en Bretaña. No era la primera vez que cogía un avión en solitario ni tampoco me viene de nuevas participar en viajes de intercambio; pero siempre es prácticamente inevitable no estar un tanto nerviosa por conocer cómo será la familia anfitriona. 
Esta vez, una de mis penpals, Marie, con la que había estado carteándome mediante correo postal —sí, todavía existe y me encanta— durante más de año y medio y su familia serían los anfitriones. 
La idea surgió en una de las cartas, cuando Marie me propuso visitar Valencia durante las vacaciones de verano. Así que decidimos hacer un intercambio de una semana de duración para conocernos, practicar idiomas y, al mismo tiempo, viajar. 

Una vez ya había bajado del avión, Marie, su padre y su hermana pequeña me estaban esperando en la cinta de equipajes. ¡Al fin nos habíamos conocido en persona tras tantas cartas, fotografías por diversas redes sociales y conversaciones de Skype!
Tan pronto como tuve mi equipaje conmigo, emprendimos el viaje en coche hacia su casa. Fue un trayecto largo, de casi dos horas, así que hacia las cuatro de la tarde llegamos a St Jacut Les Pins: un pequeño pueblecito de la Bretaña francesa del que no había oído hablar antes de cartearme con ella, pero que tiene cierto encanto. 

Una vez instalada en su casa y después de tomar algo rápido para comer, Marie y su hermana Emeline me llevaron a La crête des Moulins, a unos minutos andando campo a través de su casa. 

Se trata de una zona de la típica campaña francesa rodeada de pinos entre los cuales, en las pequeñas montañas más elevadas se encontraban cinco molinos de viento utilizados para moler el trigo. Actualmente, alguno que otro está derruido, pero todavía pueden verse la mayoría de ellos. Además, hay también un molino de agua que, aunque no tuve oportunidad de verlo, se puede visitar los domingos de julio y agosto. 
Aún así, desde los pies del molino hay unas vistas preciosas de St Jacut Les Pins, por lo que vale la pena pasear por esta ruta.




Por el sendero de la ruta, es fácil encontrar ardoise o tablillas de pizarra

En la pared de uno de los molinos hay una escultura en piedra de una pequeña ardilla

Vista de Saint Jacut Les Pins desde la ruta de los molinos


Foto del año de construcción del molino





Después de la ruta y al regresar a casa, pasamos la tarde viendo una película en 3D en francés; aunque antes pasamos por casa de la abuela de Marie (que vive justo en la casa de al lado, jardín con jardín) para presentármela. Debo reconocer que no fue tarea fácil entender completamente todos los diálogos, porque únicamente estudié francés dos años y hace bastante que no lo retomo; pero sí que pude seguir tanto la historia de la película como las conversaciones entendiendo varias palabras sueltas.
Al terminar la sesión de cine, la madre de Marie ya había llegado del trabajo y preparó una cena típica francesa para toda la familia.



1 comentario

  1. ¡Qué bien que hayas vuelto! =D Te echábamos de menos... Estamos deseando saber qué tal ha ido por la Bretaña francesa. Un abrazo! =)

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